miércoles, 13 de julio de 2011

¿También se convertirá en cómplice?



     Quienes tenemos los 70 allí nomás, a la vuelta de la esquina hemos visto a nuestro querido país pasar por una serie de etapas de muy variada índole, que incluyen el pasaje de un gobierno presidencial, que había caracterizado al Uruguay - desde su primera Constitución - a otro Colegiado, a raíz de la reforma del 52.
     Luego en 1958, la victoria del Partido Nacional, tras 93 años de gobiernos colorados y luego de dos períodos, el regreso al presidencialismo, con el retorno simultáneo del Partido Colorado al poder.
     Allí, ya hacía 4 años que un grupo de “iluminados” había decidido “liberarnos” de esa “maligna democracia burguesa” y para ello no encontró mejor forma que alzarse en armas, aunque no como en las patriadas, de frente, con el poncho al viento y cargando a lanza, sino asesinando, robando y secuestrando cobardemente desde las sombras. 
Eso duró unos 10 años y cuando el poder político se sintió amenazado por la magnitud que había alcanzado ese movimiento - que ya contaba con unos 5.000 efectivos,- dispuso que las FFAA los enfrentaran, con el resultado por todos conocido.
Una de las consecuencias de todo esto fue que luego, en 1973, se llegara a un quiebre institucional, que duró otros 12 años, hasta que, en 1984, las FFAA llaman a elecciones y el 1ro de marzo del año siguiente retornamos a la institucionalidad democrática.
A partir de ahí, se produjo la alternancia de gobiernos de los partidos tradicionales hasta que, en 2004 - producto de una combinación de errores de éstos, con el crecimiento de la izquierda, en ancas de la aplicación del gramscismo a ultranza – el Frente Amplio logra por primera vez una victoria en las urnas.
Ya desde 1995 el propio MLN había ganado bancas en el Parlamento y en el nuevo gobierno logró una muy buena representación, además de obtener algunos ministerios, junto con otros marxistas leninistas del Partido Comunista y el Partido Socialista.
Gracias al viento de cola de la economía mundial y a una renovada dosis de gramscismo que - desde el gobierno, la enseñanza, los medios y la cultura  - convencieron a la gente que aumentar 50% la deuda era algo sensacional, especialmente cuando se utilizaba en acciones clientelísticas, volvieron a ganar.
Pero esta vez la cosa fue peor, la izquierda más izquierda fue la que obtuvo el poder y ya ni  el viento de cola nos va a salvar.
El tema es que, por un lado, el odio y el afán de revancha los ha cegado y, como el alacrán del cuento, con la tortuga, prefieren ahogarse en el medio del río, que llegar al otro lado y construir algo bueno juntos. Por el otro, aquellos que los 60, incapaces de convencer a nadie con su retórica marxista leninista, tomaron las armas, hoy son unos incapaces gobernantes por varias razones.
- La inmensa mayoría carece de la más mínimo nivel intelectual y preparación para gestionar un quiosco, por lo que, conducir un país mucho menos. Lo malo es que se creen unos genios y hacen los disparates más grandes que alguien pueda imaginar.
- Eso se puede apreciar sólo al mirar los informativos. Cada vez que entrevistan a algún integrante del plantel de jerarcas de las distintas reparticiones del Estado, la inmensa mayoría da pena y ninguna empresa de primera línea los contrataría de porteros. Pruebe cuando los vea. Imagine que es dueño de una empresa y uno de ellos viene a pedirle trabajo. ¿De que le daría a la Titular del MIDES? ¿Y a Ana Olivera, que administra más de 300 millones de dólares?
El propio Presidente de la República carece absolutamente de formación académica alguna y encima está convencido que “la Universidad de la calle” es muy superior a cualquier otra. Por eso desprecia a los profesionales universitarios. Por supuesto que, aún de contar con buenos asesores, no tiene la capacidad para entender y decidir sobre cuestiones complejas e importantes.
- Hay sectores muy sensibles, como el de la enseñanza y la salud, en manos de individuos totalmente ideologizados, que aún no se enteraron que cayó el muro de Berlín y la URSS se desintegró y han llevado a esos dos pilares de la sociedad oriental a un estado que nunca antes conocimos y lo triste, es que aún se van a deteriorar más.
- Dentro de esa visión, el estatismo ha llevado a incrementar dramáticamente la plantilla de funcionarios estatales y la burocracia y los cargos de confianza  - con que van copando todas las estructuras del Estado - hace que su peso se vuelva insoportable y su funcionamiento artrósico.
-   Para poder solventar ese monstruo, la carga impositiva, tanto a nivel nacional, como departamental, se ha hecho sangrienta, especialmente para la clase media, que, como siempre, es la que paga los platos rotos.
-  Como una de las cosas que más les molesta es la institucionalidad democrática y republicana, no han dudado en tratar de imponer su voluntarismo y con el lema de que “el fin justifica los medios”, han pisoteado la Constitución y todas las normas que componen nuestro Estado de Derecho, hasta llevarlo al punto de agonía. Claro que para ello han contado con un Poder Judicial cómplice. Basta ver las declaraciones de la Jueza Mota, así como su participación en la “Marcha del silencio”, o las actitudes de la Fiscal Guianze, yendo a Cuba con su colega Telechea a festejar los 50 años de la Revolución y luego destratando al Presidente en su red social. Total, si dice que “recula en chancletas”, que le va a hacer.
-  En ese sentido, la semana pasada comentamos los dichos de la Senadora Constanza Moreira, en los que afirmaba que “la justicia está subordinada al Poder Ejecutivo” y nadie le dijo nada. ¿Dónde está la Suprema Corte? ¿y el Colegio de abogados? ¿Y la magistratura? ¿Y LA OPOSICION?
-  La mano viene tan facilonga, que ya la Sen. Topolansky, otra ignorante que nunca pasó del liceo, asegura grandilocuentemente que hay que reformar la Carta Magna, como si tuviera la más pálida idea de lo que habla.    
Podríamos seguir enumerando más razones por las que afirmamos que este es un gobierno desquiciado, pero alcanza con agregar que ahora ya ni pueden hacer su famoso “Plenario” - que es el que le da las órdenes a sus representantes en el gobierno - porque están todos peleados y eso puede terminar de manera muy complicada, porque puede precipitar a los ansiosos a buscar la vía rápida – de hecho ya hemos explicado porque Mujica se transformó en un dictador, al desconocer dos decisiones del Cuerpo Electoral -  y sólo hay un factor que puede evitarlo.
¿Asumirá ese factor su responsabilidad o también se convertirá en otro cómplice, como el Poder Judicial?
Agustín Tajes 

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