domingo, 1 de abril de 2012

Día del perdón


El circo mediático
Luis Alberto Carluccio | Montevideo
@| "Durante varios días los voceros del gobierno nacional se esforzaron por convencer a la ciudadanía de que Uruguay, como integrante de una institución internacional de derechos humanos, había sido condenado por dicho organismo a pagar una importante suma de dinero como indemnización a una víctima de la dictadura militar, conminándolo además a pedirle perdón en un acto público de relevancia mundial.
Aparentemente nuestro país no estuvo bien representado y actuó con cierta displicencia durante el referido juicio internacional, desoyendo las indicaciones de brillantes juristas que, desde dentro y fuera del gobierno les advirtieron reiteradamente que los preceptos jurídicos vigentes y la Constitución del país, primaban sobre cualquier intento de modificación legal foránea. Asimismo, les hicieron notar que, por otra parte, la ciudadanía ya había ratificado en las urnas, en dos ocasiones, su voluntad de flexibilizar todo castigo a los transgresores del orden legal, procurando encontrar un camino hacia la paz definitiva entre los orientales. Fueron terminantes en alertar sobre la improcedencia de realizar, como nación, un acto público de relevancia mundial, para pedir perdón como culpables y arrepentidos ante desmanes y atrocidades perpetradas no por el Estado sino por individuos.
Lamentablemente, en vez de atender el interés general de la ciudadanía de mitigar las antiguas rivalidades políticas entre los uruguayos, prevaleció el tradicional espíritu de resentimiento y revanchismo que prima en sectores radicales del Frente, y se decidió finalmente armar el mencionado circo mediático, buscando quizás obtener algún rédito político, y aprovechando la inmejorable oportunidad para reafirmar su indisimulada hostilidad histórica hacia las Fuerzas Armadas. Es una lástima, porque la ocasión se prestaba para haber realizado, como lo hicieran a través de la historia diversos países civilizados y progresistas, una convocatoria nacional para promover algún tipo de sinceramiento o arrepentimiento por parte de los actores, de ambos bandos, de aquel período nefasto del país, con el fin de cerrar definitivamente el tema y lograr una reconciliación nacional con vistas a un futuro más deseable que el nefando panorama de intolerancias y rencores que hoy vivimos.
En el desconcierto y la incertidumbre que nos aporta la realización del desacertado evento, así como el temor sobre los eventuales perjuicios que este discutido precedente pueda generar en futuras acciones contra el Estado, no podemos menos que evocar las palabras del Gral. Líber Seregni, en reiteradas ocasiones, expresando su firme convicción de que el perdón es un acto estrictamente personal que, en caso alguno, puede ser invocado por instituciones o el Estado.
Nos preguntamos qué clase de voltereta argumental van a ejecutar ahora los integrantes del llamado grupo frenteamplista Gral. Líber Seregni, para explicar a sus compañeros de fuerza política el apoyo incondicional que han brindado al circo mediático realizado en el solemne escenario de la República.
A aquellos lectores que están realmente interesados en disfrutar de los juicios certeros y equilibrados del Gral. Seregni, de viva voz, les sugerimos consultar en Internet una entrevista que le hiciera el periodista televisivo Neber Araújo, donde ambos trataron específicamente dicho tema".

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