lunes, 17 de octubre de 2011

ASOCIACIÓN DE OFICIALES RETIRADOS DE LAS FF.AA. "GRAL. JUAN ANTONIO LAVALLEJA"

Publicado por la Asociación de Oficiales Retirados de las FFAA "Gral. JUAN A. LAVALLEJA" de la ciudad de Minas, en el Diario "SERRANO" de esa ciudad, el día sábado 15 de octubre.

El 14 de agosto de 1969, frente a Cayo Grassy, en Florida, sesenta ballenas se suicidaron estrellándose contra las rocas. Barcos del Servicio de guardacostas intentaron ahuyentarlas hacia alta mar, pero las ballenas regresaban al instante, movidas por un deseo más fuerte que el de vivir.
No es el único caso registrado de animales suicidas. Un común denominador suele ser que pese a intentos de disuadirlos de esta actitud, los animales  mueren plenamente concientes, sin hacer caso al instinto de supervivencia.
Algunos científicos opinan que una de las causas podría ser que los líderes de las manadas, envejecidos y enfermos, guían a los suyos a una muerte segura. Siendo el instinto de manada el entregarse a sus líderes, los individuos no razonan como tales, sino que fatalmente aceptan lo que disponen aquellos líderes incapaces y mueren irremediablemente.
Este instinto de manada está presente en la mayoría de las especies del reino animal. El Hombre, que forma parte de este reino, no es una excepción. 
Mimetizados dentro de una turba, personas que en su vida diaria serían incapaces de la más mínima violación de conducta, actúan desaforadamente, dando rienda suelta a sus instintos y acatando órdenes de sus líderes, a los que usualmente ni siquiera considerarían.
Las naciones parecen tener las mismas actitudes. 
Sus ciudadanos, siendo plenamente concientes de qué es lo que más conviene  al Ser Humano como individuo, resultan a veces incapaces de elegir en conjunto el mejor sistema político o cuando menos a los mejores dirigentes para llevarlo a la práctica.
Es así que entregan las bases de su supervivencia social a sistemas y métodos totalmente suicidas, que aún asegurando la extinción de la sociedad tal como la desean, por ser idea y mandato de sus líderes, no se discute y se acata.
Hablemos del Uruguay de hoy. La educación se ha dejado en manos de ex subversivos y la más vulnerable, la primaria, del Partido Comunista. 
¿Alguien duda, individualmente, que el comunismo no es demócrata? En aquellos países en los que es o ha sido gobierno, sus ciudadanos han muerto y siguen muriendo por escapar del régimen tiránico que los oprime. 
Nunca se supo de personas que escaparan a riesgo de su vida de los países que gozan regímenes democráticos. La constante es que así suceda en los países comunistas.
Sin embargo, en el Uruguay se les da potestad de educar a la niñez y a la juventud. 
Se escuchan con indiferencia sus ideas de cerrar el Liceo Militar, tan solo por eso, por ser “militar”…sin reconocer la excelencia de su sistema de enseñanza.
Trae a la memoria la contestación de un Imán a la pregunta de porqué en sus países musulmanes no permitían la libre práctica y enseñanza del Cristianismo, como a la inversa lo permitían los países “cristianos” con el Islam:  “es que nosotros estamos convencidos, sabemos,  que el Islam es la única forma de vida acorde con el Creador y benéfica para el Ser Humano. ¿Qué padre dejaría que a sus hijos los educaran en valores nefastos para su formación como seres humanos? No se puede decir lo mismo de vuestros países, que dudan (con toda razón) de sus creencias e inconcientemente están a la búsqueda de algo mejor”
¿Es que los Orientales no están convencidos de qué valores morales son los correctos para sus jóvenes? 
¿Ignoran el sufrimiento de los pueblos sojuzgados por el totalitarismo de la ex URSS? ¿O de los actuales de Cuba y demás naciones en los que el marxismo es el que domina?
Individualmente, todos reconocen aquello que refleja la esencia de las libertades con que los fundadores de la Patria forjaron la Nación.
Pero aquel instinto de manada mencionado antes, es el que, a la hora de elegir gobernantes, obnubila la razón, enceguece la capacidad analítica y dirige la voluntad a lo que dispongan los líderes. 
Aquellos líderes envejecidos y enfermos, que al igual que los de las ballenas, los llevan a un fracaso seguro.
Es muy poderoso este instinto que empuja fatalmente a desligarse de la consecuencia de los actos volitivos, aunque éstos representen la ruina de la propia descendencia, a la que individualmente, todos dicen proteger.
¿Es inevitable? Tajantemente ¡NO!
La única manera de  contrarrestar este instinto es el ejercicio continuo de la mente, el desarrollo del intelecto y de la capacidad analítica. Será entonces cada uno libre en sus elecciones, ejerciendo lo más preciado con que su Creador lo distinguió: el libre albedrío.
Y si no se puede ejercitar este don, cualquiera sea la  causa, síganse a aquellos líderes que representen ideas acordes a la propia idiosincrasia, que fijen sus propuestas en los valores cristianos,  nuestros valores, los que predicó Jesucristo, Quien nos determinó como naciones Cristianas, que es lo que somos.
Seguros de nosotros mismos, sin vergüenza de proclamarnos tales. Si los propios musulmanes así lo predican, ¿qué no deberíamos hacer nosotros, que decimos seguir al Único que dio su vida por nuestra salvación?
En fin, a riesgo de ser tildados de querer llover sobre mojado, unámonos todos los verdaderos Orientales, hagamos oír nuestra voz defendiendo lo verdaderamente valioso que tenemos.  
Si nos mueve hasta el delirio las andanzas de un grupo de atletas tras una pelota o las desventuras de algunas siliconadas figuras de la televisión, ¡cuánto más debería motivarnos ver a nuestros pequeños y jóvenes a merced de tanta mediocridad como la que campea en el sistema educativo!
Si no alcanza para ello la información a la que cada uno pueda acceder, aunque sea mírese con detenimiento el contenido escandaloso de algunos textos que se obliga a estudiar a los escolares.
Tal vez entonces reaccionen los Orientales y siguiendo ¡por fin! los dictados del General Artigas, ejemplo sin par de Cristiano y de Patriota, podamos encontrar nuestro rumbo, en paz, armonía y para felicidad de todos. Aún no es demasiado tarde.
 
ASOCIACIÓN DE OFICIALES RETIRADOS DE LAS FF.AA. "GRAL.  JUAN ANTONIO LAVALLEJA"
 
El 14 de agosto de 1969, frente a Cayo Grassy, en Florida, sesenta ballenas se suicidaron estrellándose contra las rocas. Barcos del Servicio de guardacostas intentaron ahuyentarlas hacia alta mar, pero las ballenas regresaban al instante, movidas por un deseo más fuerte que el de vivir.
No es el único caso registrado de animales suicidas. Un común denominador suele ser que pese a intentos de disuadirlos de esta actitud, los animales  mueren plenamente concientes, sin hacer caso al instinto de supervivencia.
Algunos científicos opinan que una de las causas podría ser que los líderes de las manadas, envejecidos y enfermos, guían a los suyos a una muerte segura. Siendo el instinto de manada el entregarse a sus líderes, los individuos no razonan como tales, sino que fatalmente aceptan lo que disponen aquellos líderes incapaces y mueren irremediablemente.
Este instinto de manada está presente en la mayoría de las especies del reino animal. El Hombre, que forma parte de este reino, no es una excepción.
Mimetizados dentro de una turba, personas que en su vida diaria serían incapaces de la más mínima violación de conducta, actúan desaforadamente, dando rienda suelta a sus instintos y acatando órdenes de sus líderes, a los que usualmente ni siquiera considerarían.
Las naciones parecen tener las mismas actitudes.
Sus ciudadanos, siendo plenamente concientes de qué es lo que más conviene  al Ser Humano como individuo, resultan a veces incapaces de elegir en conjunto el mejor sistema político o cuando menos a los mejores dirigentes para llevarlo a la práctica.
Es así que entregan las bases de su supervivencia social a sistemas y métodos totalmente suicidas, que aún asegurando la extinción de la sociedad tal como la desean, por ser idea y mandato de sus líderes, no se discute y se acata.
Hablemos del Uruguay de hoy. La educación se ha dejado en manos de ex subversivos y la más vulnerable, la primaria, del Partido Comunista.
¿Alguien duda, individualmente, que el comunismo no es demócrata? En aquellos países en los que es o ha sido gobierno, sus ciudadanos han muerto y siguen muriendo por escapar del régimen tiránico que los oprime.
Nunca se supo de personas que escaparan a riesgo de su vida de los países que gozan regímenes democráticos. La constante es que así suceda en los países comunistas.
Sin embargo, en el Uruguay se les da potestad de educar a la niñez y a la juventud.
Se escuchan con indiferencia sus ideas de cerrar el Liceo Militar, tan solo por eso, por ser “militar”…sin reconocer la excelencia de su sistema de enseñanza.
Trae a la memoria la contestación de un Imán a la pregunta de porqué en sus países musulmanes no permitían la libre práctica y enseñanza del Cristianismo, como a la inversa lo permitían los países “cristianos” con el Islam:  “es que nosotros estamos convencidos, sabemos,  que el Islam es la única forma de vida acorde con el Creador y benéfica para el Ser Humano. ¿Qué padre dejaría que a sus hijos los educaran en valores nefastos para su formación como seres humanos? No se puede decir lo mismo de vuestros países, que dudan (con toda razón) de sus creencias e inconcientemente están a la búsqueda de algo mejor”
¿Es que los Orientales no están convencidos de qué valores morales son los correctos para sus jóvenes?
¿Ignoran el sufrimiento de los pueblos sojuzgados por el totalitarismo de la ex URSS? ¿O de los actuales de Cuba y demás naciones en los que el marxismo es el que domina?
Individualmente, todos reconocen aquello que refleja la esencia de las libertades con que los fundadores de la Patria forjaron la Nación.
Pero aquel instinto de manada mencionado antes, es el que, a la hora de elegir gobernantes, obnubila la razón, enceguece la capacidad analítica y dirige la voluntad a lo que dispongan los líderes.
Aquellos líderes envejecidos y enfermos, que al igual que los de las ballenas, los llevan a un fracaso seguro.
Es muy poderoso este instinto que empuja fatalmente a desligarse de la consecuencia de los actos volitivos, aunque éstos representen la ruina de la propia descendencia, a la que individualmente, todos dicen proteger.
¿Es inevitable? Tajantemente ¡NO!
La única manera de  contrarrestar este instinto es el ejercicio continuo de la mente, el desarrollo del intelecto y de la capacidad analítica. Será entonces cada uno libre en sus elecciones, ejerciendo lo más preciado con que su Creador lo distinguió: el libre albedrío.
Y si no se puede ejercitar este don, cualquiera sea la  causa, síganse a aquellos líderes que representen ideas acordes a la propia idiosincrasia, que fijen sus propuestas en los valores cristianos,  nuestros valores, los que predicó Jesucristo, Quien nos determinó como naciones Cristianas, que es lo que somos.
Seguros de nosotros mismos, sin vergüenza de proclamarnos tales. Si los propios musulmanes así lo predican, ¿qué no deberíamos hacer nosotros, que decimos seguir al Único que dio su vida por nuestra salvación?
En fin, a riesgo de ser tildados de querer llover sobre mojado, unámonos todos los verdaderos Orientales, hagamos oír nuestra voz defendiendo lo verdaderamente valioso que tenemos.
Si nos mueve hasta el delirio las andanzas de un grupo de atletas tras una pelota o las desventuras de algunas siliconadas figuras de la televisión, ¡cuánto más debería motivarnos ver a nuestros pequeños y jóvenes a merced de tanta mediocridad como la que campea en el sistema educativo!
Si no alcanza para ello la información a la que cada uno pueda acceder, aunque sea mírese con detenimiento el contenido escandaloso de algunos textos que se obliga a estudiar a los escolares.
Tal vez entonces reaccionen los Orientales y siguiendo ¡por fin! los dictados del General Artigas, ejemplo sin par de Cristiano y de Patriota, podamos encontrar nuestro rumbo, en paz, armonía y para felicidad de todos. Aún no es demasiado tarde.


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